sábado, 2 de agosto de 2014

El Amor después de los 65 años



El Amor después de los 65 años

La capacidad de amar y la capacidad de ser amados son las dos condiciones básicas de la calidad de vida del adulto mayor.

Las estadísticas son muy claras, y establece que la mujer enviuda con mayor frecuencia que el varón, lo que implica que tanto en términos absolutos como relativos, hay más mujeres adultas mayores en estado de viudez que varones. Y estos últimos se casan rápidamente, pareciera que toleran menos la viudez que las mujeres, además de tener una oferta mayor para componer una nueva pareja. Los Clubes de mayores suelen ser un ejemplo claro: la participación femenina es todavía mayor que 4 a 1 y suele llegar a cifras como de 30 a 1 y 50 a 1.

Por tanto, en el amor otoñal (en las personas adultas mayores) pueden darse situaciones muy variadas, ya que hay una radical diferencia entre un adulto mayor y otro, si está casado o viudo o divorciado o separado o soltero. El amor entre adultos mayores, comprende tantas variables posibles como en la juventud, pero señalaremos algunas variables típicas de esta época de la vida:

El enamoramiento en la tercera edad

Los cambios que produce el enamoramiento en una persona pueden obedecer a la presencia de sustancias químicas.

Del varón y la mujer adultos mayores se espera sensatez, mesura, realismo, serenidad, de acuerdo a los estereotipos vigentes en todas las épocas. Por tanto, el adulto mayor no tiene permiso para enamorarse, según sus hijos, nietos y amigos, y según la sociedad. Enamorarse estaría fuera de lugar. Esta fuerte tradición cultural se ha modificado, por suerte. Ha desaparecido la gerontofilia como desviación sexual, así como la sospecha de que todo anciano varón sobre todo, es más proclive a las parafilias y abusos de niños. Se reconoce que hay adultos mayores de ambos sexos, atractivos, seductores, amables.

Los amores secretos y unipolares, unilaterales, no son raros sin embargo, a esta edad, y suelen llenar los días y las fantasías de las personas mayores, que pueden transformar en amistades sus amores inconfesos o imposibles. Porque su amor heterosexual se deposita sobre una persona casada o comprometida.

Los matrimonios que sobreviven

Aunque parezca mentira, en los albores del siglo XXI hay personas que se han casado una sola vez y siguen juntos luego de 30, 40, 50 y más años de matrimonio.

De alguna manera, el amor otoñal en cada tipo de las parejas mencionadas adquiere formas diversas: más afectuosa, más amistosa, más sexual, más tierna, más refinada, más espaciada, más profunda, más romántica. Pero por sobre todas las cosas, aunque pueda parecer insípido, el amor otoñal es realista, acepta las arrugas del otro, la sordera, las pequeñas manías, las depresiones peculiares, los gustos y preferencias, así como el manejo del dinero cada vez más restrictivo, incluso las infidelidades del pasado son finalmente elaboradas cuando existieron.

Según estadísticas, 50% de las parejas que no son interrumpidas por la viudez, envejecen juntas sin problemas. La otra mitad convive en medio de un infierno pequeño, mediano o grande, con diversos grados de separación y divorcio, bajo el mismo o diferente techo. Una crisis matrimonial frecuente es la provocada por el llamado 'nido vacío' cuando los hijos ya adultos se van de la casa para formar un nuevo hogar, casados, unidos o por independizarse.
 La nueva realidad es la situación del "nido relleno", cuando los hijos divorciados, separados o incapaces de financiar su independencia, vuelven al hogar paterno que ya se reorganizó para procesar la ausencia de hijos, y ahora debe reestructurarse, no solo social sino económicamente, lo que no es poco.

Sexualidad en la tercera edad

Por último, la sexualidad de la pareja otoñal puede expresase en toda su plenitud. Hay nuevos paradigmas para el amor y la sexualidad del adulto mayor.

En el aspecto sexual la mujer ha logrado su orgasmo gracias a los conocimientos de sus zonas erógenas y las técnicas de estimulación y autoestimulación, que pueden ser compartidas con sus parejas jóvenes o viejas, nuevas o antiguas. Además de la sustitución hormonal y los geles lubricantes, la mujer madura debe conservar, recuperar o desarrollar su poder de seducción como una cualidad social más. Y muchas lo han hecho siempre. Son las adultas mayores del grupo que se casan una y otra vez, cuando sus maridos abandonan este mundo. En los grupos de adultos mayores se sabe quienes son: "se casan siempre las mismas", se quejan con envidia las mujeres mayores más tímidas.

Los varones pasaron de los 'brebajes del amor' y el rejuvenecimiento que cazaba incautos con pretensiones mayores a sus fuerzas, a las hormonas que eran eficaces sólo en caso de climaterio masculino comprobado, pasando por nutrientes y estimulantes generales, las prótesis peneanas cada vez más sofisticadas y aun vigentes para algunos casos de disfunción eréctil irreversible, hasta el citrato del sildenafil, la pastilla azul que en dos años cambió la cara de los desahuciados sexuales, para recuperar el falo rígido y llegamos al clorhidrato de apomorfina que facilita el ya establecido reflejo erectivo por estimulación directa del glande, eficaz en todas las edades, pero específica de las parejas adultas mayores desde hace décadas.

Fuente: Síntesis publicada en salud180.com del artículo "Amor otoñal", publicado en Red Latinoamericana de Gerontología, escrito por el Dr. Andrés Flores Colombino; Médico especialista en Psiquiatría, Geriatría-Gerontología y Sexología Clínica. Miembro del Consejo Asesor y del Comité Científico de la Asociación Mundial de Sexología (WAS). Vicepresidente 2º del Comité Ejecutivo de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y educación sexual (FLASSES).

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