Al nacer, los bebés pesan alrededor de 3 Kg. En tan solo un
año, triplican su peso. Esta aceleración del crecimiento no se volverá a
repetir en ninguna otra etapa de la vida.
Durante este tiempo, la mejor forma de alimentar a los bebés
es la lactancia materna exclusiva, al menos hasta los 6 meses y alternarla con
otros alimentos hasta los 2 años
.
Con la introducción a la alimentación complementaria, los bebés
suelen empezar a interesarse por la comida, sobre todo cuando ven comer a otras
personas. De ahí la importancia de sentarse juntos a la mesa, ya que los niños
aprenden por imitación.
Y es en el entorno familiar donde los padres intentamos
inculcarles unos hábitos de alimentación adecuados. Si los niños ven que los
padres comemos de todo, estamos ayudando a evitar los caprichos y a introducir
los distintos alimentos de forma habitual en su dieta diaria. Al principio, lo
más importante es que los niños disfruten comiendo y que esta experiencia
resulte agradable y positiva para ellos.
En la etapa de 1 a 3 años, los niños aumentan entre 2-2,5 Kg
por año. Durante el segundo año crecen 12 cm, el tercero 8-9 cm y a partir de
esta edad 5-7 cm cada año. Esta desaceleración del crecimiento repercute en su
apetito. Y si hasta este momento los niños querían probar de todo, ahora
experimentan una pérdida de interés por los alimentos.
En esta etapa lo realmente importante no son las cantidades,
sino que el niño muestre interés por la comida y que lo que coma, sea nutritivo
y equilibrado.
Pautas para que coman
bien los niños de 1 a 3 años:
- Se recomienda desayunar siempre a la misma hora y hacerlo de la forma más completa y equilibrada posible. Un desayuno equilibrado es aquel que incluye lácteos, cereales y fruta.
- Si el niño rechaza un alimento, no se le debe forzar a tomarlo.
- Los niños necesitan comer a menudo. Algunos niños picotean entre horas, por lo que se les debe proporcionar alimentos nutritivos y saludables.
- Los frutos secos son peligrosos por el riesgo de atragantamiento (cacahuates, almendras, avellanas, etc.). No deben darse hasta los 4 años y siempre con precaución.
- Ninguna comida debería estar prohibida, a no ser que el niño sea alérgico o tenga alguna intolerancia. A los niños se les debería permitir caprichos ocasionalmente. La prohibición de ciertas comidas (chucherías, refrescos, hamburguesas, etc.) puede atraer la atención del niño hacia ellas y hacer que parezcan más atractivas y deseables.
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