sábado, 1 de noviembre de 2014

La Parca llegó a Químicos Maldonado

Autor: Quim. Dorian L. Pinto

Nos olemos de antemano,
lo que les voy a contar,
porqué somos humanos,
aunque lo quiéramos ignorar.
No soy ágil pa´la hablada,
ni también muy bien trovado,
por eso digo de un principio,
pa´que estemos preparados…
Hoy nublado amaneció y
Tristes estamos todos
Pues la catrina visitó a
Químicos Maldonado.

Sorprendida y feliz
Por la puerta apareció
Pues la noticia escuchó,
Que la Lic Paty regreso.

Paso a paso se acercó
Sigilosa entusiasmada
Y con ese paso lento se llevó
A la  pobre licenciada.

La parquita ni se apunta
Con los de administración
Pues este año se llevó a
Más de uno al panteón

Encontró el Almacén
Con muchas irregularidades
y de un solo suspiro se llevó
A Manet por charales.

No esperaba nada a cambio
Solo quería trabajar
Como es tan chambeador
Se lo pasó a llevar.

El pobre Doctor Cesarito
ahora sí se nos peló,
se veía tan saludable,
siempre sonriente y amable,
cómo es que se nos petateó.
La Catrina remolona
ya le había echado el ojito
se dijo: este Doctorcito
lo subo a mi carretón

Por risueño y perfumado
pa’ que encienda mi pasión,
yo lo miro muy buen mozo,
limpiecito y retozón,
Nomás de oler su “perfume”
se le mueve hasta el calzón.
Ni tarda ni perezosa
del cuello se le colgó

Más Cesarito siempre fiel
se ponía muy remilgoso
escondiendo su trompita;
primero decía que no,

Pero  la huesuda cachondita
fué tanto lo que insistió
que al fin Cesarito no tuvo
Mas remedio y accedió.

En eso la Jefa Paty
Tremenda escena miró
diciendo: ¡Oiga!, ¡qué ejemplo!
y al pobre se lo surtió.

Le ponchó sus cachetitos
y la nariz le mordió,
más, fué tremendo patadón
que hasta el limbo lo mandó,

-condenada chaparrita-
¿de dónde fuerza sacó?.

Volteó pa´ reclamar a la dama,
pero la dama ya no estaba.
Sólo un trato en letras rojas
que en un pañuelo versaba.

“Tendrás oro y tendrás plata,
a cambio de que en un año
aceptes mi cariño.
Juro darte poca lata…
Amor  de ese que mata.”

Con La Fría no se trata,
porqué sólo nos embriaga,
y La Blanca no dilata,
en mandarnos a la fregada.
Antojitos mexicanos
don charrito traerá,
Con todita y su salcita,
Los podremos disfrutar.

Vende tortas y enchiladas,
Con un sabor sin igual.
Una orden le pidió la muerte
y Allí sentada se quedó.

De tanto que le gustaron,
Muchas otras más pidió
Y a la gente ella invitó
A probar ricas enchiladas
Que charrito preparó.

Por su sabor se olvidó
De lo que tenía pendiente
Y el momento aprovechó
Pa’ llevarse a mucha gente.

Una torta pa’ Rosita,
Una tostada pa’ Teresita
Y a charrito  me lo llevo
porque no pinta en este cuento.

Muy arrogante y ladina
todos la vimos llegar
es tan fea la catrina
que a todos puede espantar.

Vende dulces y galletas
por la tarde en el portal
pero ayer en bicicleta
a Karen vino a buscar.

Tocó el timbre muy fuerte
pero nadie respondió
y en medio de tanta gente
la Conta Alicia apareció.
Con su guadaña la muerte
se regreso a su panteón
esta vez no tuvo suerte
pues con Karen nunca dio.
Muy astuta la calaca
regresó sin enterarnos
y ayer por la mañana
pobre Karen… la enterramos.
Vuela, vuela palomita,
vuela, vuela sin parar.
Dile por favor a Karen,
que la vamos a extrañar.
Su visita ya anunciada
La esperaremos con ofrenda
Para ver si el año que entra
Nos perdona y no nos lleva.

Para cuando ya nos toque,
La podremos esperar,
Por lo pronto trabajemos
Para que nos puedan pagar.

Ya la flaca se despide,
Pues ya no queda ninguno,
Solo este chaparrito,
Que está hecho un papacito…

El papirrin le decían,
Porque al gimnasio llegaba
Pero  la huesuda lo vió
Y al panteón se la llevó.

Jardines del silencio le llaman,
O simplemente panteón,
Donde habita la Sra. Flaca,
Reina de la desolación.



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