La
epilepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta a personas de todas
las edades, se caracteriza por la presencia de crisis recurrentes, de cualquier
tipo. La epilepsia puede aparecer a cualquier edad, desde la primera infancia hasta la senectud.
La
crisis epiléptica es un fenómeno de aparición brusca de síntomas y
manifestaciones clínicas productivas por descargas anormales repentinas de
actividad eléctrica del cerebro, en la mayoría de los casos esta alteraciones
eléctricas interrumpen las funciones normales cerebrales.
La clínica más llamativa es cuando se afecta la motricidad y
la persona afecta sufre una serie de movimientos corporales incorporados de
forma repetitiva denominados convulsiones.
Los ataques o crisis focales o parciales son los más comunes
y en estas participa solamente en grupo local de neuronas donde la persona
puede no perder el conocimiento, pero puedes presentar otros síntomas como confusión,
sacudidas y sucesos mentales extraños como alucinaciones.
No en todas las crisis o ataques epilépticos se pierde la conciencia
ni se tienen movimientos. Una crisis puede consistir simplemente en
desconectarse transitoriamente del medio o realizarse actos repetidos por
tiempo prolongado como abrocharse o desabrocharse botones, movimientos de
masticación, etc.
Los métodos esenciales para diagnosticar la enfermedad son
una historia clínica completa y detallada, un electroencefalograma donde
expresa la actividad cerebral del individuo y estudios por imagen como la resonancia
magnética en el cual se pueden observar cambios estructurales que estén dando
origen a las crisis epilépticas los cuales pueden ser tumores, malformaciones hemorragias,
etc. Es fundamental hacer un buen diagnóstico para saber si las crisis son
parciales o generalizadas y determinar el tratamiento adecuado por parte de los
médicos tratantes.
La epilepsia no se puede prevenir. En caso de la epilepsia tiene
una crisis aguda, hay que actuar de inmediato para evitar que el paciente se
lesione. Para ayudar a un epiléptico durante una crisis, las medidas adecuadas
son:
- Mantener la calma. Una crisis epiléptica no dura mucho normalmente.
- Si es posible, mire el reloj y calcule la duración de la crisis. Si el ataque dura más de 5-10 minutos llame al médico.
- Mantenga fuera de alcance todos los objetos con los que podría lesionarse la persona.
- No intente sujetar al paciente.
- No intente dar respiración de boca a boca, no es necesario.
- Espera hasta que el afectado recupere la conciencia y pregúntale si es necesita ayuda o si quiere que le acompañen a casa.
0 comentarios:
Publicar un comentario