A continuación les presentamos el prólogo del documento “Estado de la Población Mundial 2014” desarrollado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población UNFPA.
Nuestro mundo alberga a 1.800
millones de jóvenes de entre 10 y 24 años, un grupo que crece con mayor rapidez
en las naciones más pobres. En esta generación hay 600 millones de niñas
adolescentes con necesidades, aspiraciones y retos concretos para el futuro.
Nunca antes había habido tantos
jóvenes. Es poco probable que vuelva a existir semejante potencial de progreso
económico y social. El modo en que abordemos las necesidades y aspiraciones de
los jóvenes determinará nuestro futuro común.
La educación es fundamental. Los
jóvenes deben adquirir destrezas y conocimientos pertinentes en la economía
actual que les permitan convertirse en innovadores, pensadores y solucionadores
de problemas.
También son esenciales las
inversiones en salud, incluida la salud sexual y reproductiva. Cuando los
jóvenes pueden llevar a cabo una transición saludable de la adolescencia a la
edad adulta, sus expectativas de futuro se amplían. Sin embargo, actualmente
más de dos millones de jóvenes de entre 10 y 19 años viven con el VIH;
alrededor de una de cada siete nuevas infecciones se produce en la
adolescencia.
Las inversiones estratégicas
pueden propiciar que los jóvenes reclamen sus derechos —a la educación, la
salud, el desarrollo y una vida libre de violencia y discriminación—. Sin
embargo, hoy, en los países en desarrollo, una de cada tres niñas contrae matrimonio
antes de cumplir los 18, lo cual pone en peligro su salud, su educación y sus
perspectivas de futuro. Hasta la mitad de las agresiones sexuales tienen como
víctimas a niñas menores de 16 años. Es necesario fortalecer el estado de
derecho y las instituciones de seguridad para proteger los derechos de todos,
entre ellos los de los jóvenes. Para llevar a cabo estos cambios habrá que
contar con la gente joven y darle voz —una participación significativa— en la
gobernanza y la formulación de políticas.
Con políticas e inversiones
adecuadas, los países pueden obtener un «dividendo demográfico», que es posible
gracias al descenso de las tasas de mortalidad y fecundidad. El incremento de
la población y la disminución del número de personas dependientes otorgan a un
país la oportunidad única de generar crecimiento económico y estabilidad.
Para obtener este dividendo se
precisan inversiones dirigidas a desarrollar la capacidad institucional,
mejorar el capital humano, adoptar modelos económicos que favorezcan las
perspectivas de empleo, y promover un gobierno inclusivo y los derechos
humanos. El apoyo internacional puede desatar el potencial de la próxima
generación de innovadores, emprendedores, agentes del cambio y líderes.
Hace 20 años, 179 gobiernos
aprobaron en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo un
innovador Programa de Acción que reconocía el importante papel de los jóvenes
en el desarrollo. Hoy tenemos la oportunidad de definir un marco de desarrollo
sostenible para después de 2015, basado en la experiencia, que empodere a los
jóvenes e incluya indicadores y metas específicas sobre educación, desarrollo
de capacidades y empleo, salud (en especial salud sexual y reproductiva),
participación juvenil y liderazgo.
Los jóvenes deben ser
protagonistas de la visión de un desarrollo sostenible después de 2015 con
miras a crear el futuro que queremos.
Dr. Babatunde Osotimehin
Director Ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA)
Para descargar y consultar el documento completo haga clic aquí.
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