¿Quieres ponerte en forma pero nunca lo consigues? Aquí
tienes unas cuantas ideas que pueden darte el empujón que necesitas para
empezar.
1. Busca tiempo.
Tal vez pienses que no tienes tiempo dentro de tu rutina cotidiana para
practicar ejercicio, pero probablemente puedas hacer un hueco; solo tienes que
convertir la actividad física en una prioridad. Aquí tienes unas cuantas ideas
para hacerlo:
- Fija un horario. Elige tu horario de ejercicio y respétalo. Sigue rigurosamente el horario y no dejes que otros compromisos interfieran. Si tienes un calendario en tu teléfono o computadora, establece alarmas que te recuerden tu tiempo de entrenamiento.
- · Sustituye un hábito. La mayoría de las personas tenemos algún hábito innecesario y del que ni siquiera disfrutamos especialmente (como ver la televisión) que podríamos sustituir por una sesión de ejercicio en el caso de que no podamos combinar ambas actividades de forma simultánea. Pregúntate a ti mismo cuánto tiempo dedicas a este hábito, y si podrías practicar ejercicio a la vez. Si la respuesta es sí, fija una nueva regla que estipule (por ejemplo) que solo puedes ver la televisión si a la vez practicas ejercicio.
- Convierte el ejercicio en una actividad social. Si tienes una cita importante con un amigo o con un familiar para pasar tiempo juntos, pregúntale si quiere practicar algo de ejercicio durante ese encuentro. En lugar de hacer aerobic o step juntos, considera la posibilidad de practicar alguna actividad física de carácter más social, como jugar al tenis o bailar.
- La clave está en la rutina. Después de unas 2 semanas de rigurosa rutina, te costará mucho menos trabajo dedicar tiempo al ejercicio.
2. Busca una
actividad de la que disfrutes. Si practicas una actividad física que te
guste, te resultará más fácil mantener la constancia. No solo puedes practicar
ejercicio en el gimnasio: prueba a montar en bicicleta, patinar, remar, montar
en monopatín, nadar, jugar al hockey o al rugby; puedes, incluso, bailar en tu
habitación con cualquier música que tengas en tu iPod. La clave de la
constancia está en la diversión.
- Si te aburres al practicar ejercicio, prueba a participar en una actividad de carácter más social (como hacer deporte en equipo), o a inscribirte en un club deportivo.
3. Sé responsable.
Asegúrate de seguir el programa fijado y de controlar el tiempo en cada sesión
de ejercicio. Haz anotaciones en tu calendario, o escribe un diario de
ejercicio. Escribir lo que haces te ayudará a ser más responsable y realista,
además de permitirte valorar el trabajo duro si realmente te esfuerzas. Además,
al mirar atrás y ver el progreso sentirás una gran satisfacción y te sentirás
más motivado.
4. Empieza fijando
metas realistas. No intentes empezar con una rutina dura y rigurosa de
ejercicio desde el primer momento. Empieza con sesiones de intensidad, ritmo y
tiempo moderados y ve aumentando todo conforme vaya resultándote más fácil la
rutina. Prueba con tres sesiones semanales de 30 minutos para ver cómo te sientes.
·
Evita el agotamiento extremo. Si te esfuerzas en
exceso, por encima de tus posibilidades reales, los músculos pueden sufrir
estrés y fatiga. Además, asociar el ejercicio al dolor es contraproducente, ya
que te sentirás menos motivado en la siguiente sesión.
5. Controla el cambio
de tus medidas. En lugar de basar el éxito de la rutina de ejercicios en la
pérdida de peso, procura tener siempre un metro a mano para tomar medidas de tu
cintura y tus caderas. Es posible que desarrolles la musculatura y, por lo
tanto, ganes peso, pero perderás centímetros.
·
Anota tus medidas. Conforme tus medidas vayan
disminuyendo y tú vayas viendo el progreso, tu autoestima irá aumentando.
·
Mide también tu cuello, tus brazos y tus
tobillos.
6. Aprende. Si
pretendes perder peso, debes aprender a comer bien. No te dejes engañar por las
dietas milagrosas, ya que volverás a ganar peso a la mínima de cambio. Los
relojes para medir calorías y controlar el peso pueden servirte de ayuda, pero
lo mejor es llevar un estilo de vida saludable que seas capaz de mantener, y
utilizar el sentido común. Lee los consejos que hay al final del artículo.
7. Bebe agua.
Beber agua es lo mejor que puedes hacer por tu cuerpo. Lleva una botella de
agua siempre contigo cuando practiques ejercicio. Sin embargo, recuerda que no
debes beber agua en exceso justo después de una sesión extenuante, ya que el
cuerpo pierde sal a través del sudor y el agua puede hacer que expulses los
pocos minerales que queden. Es aconsejable tomar bebidas isotónicas después de
practicar ejercicio intenso, pero si tu objetivo es perder peso, ten en cuenta
que muchas son azucaradas.
- Bebe suficiente agua para reponer los líquidos que hayas perdido. La cantidad variará dependiendo del peso corporal, del clima, del nivel de esfuerzo realizado, etc. La deshidratación obstaculizará el camino hacia tu objetivo de perder peso, aumentará el riesgo de desgarro muscular y puede producir náuseas y fatiga. Evita el café y los refrescos con gas si quieres conseguir un resultado óptimo.
8. Mantén la
motivación. Si sigues trabajando y aumentando tu fuerza, es probable que
llegue un punto en el que los ejercicios empiecen a resultarte más fáciles. Sin
embargo, no debes conformarte rápidamente; en cuanto la rutina te resulte
demasiado fácil, modifícala y prueba nuevos ejercicios.
CONSEJOS
- Acuéstate
temprano y descansa bien, especialmente los días que practiques ejercicio.
Los músculos se desarrollan y se recuperan durante las horas de sueño
profundo.
- No te preocupes si no ves resultados rápidos. Normalmente, deben pasar unas 8 semanas antes de que aparezcan los primeros resultados notables. Recuerda que no puedes hacerlo todo de una sentada. La clave está en la regularidad, la constancia y la motivación.
- Cree
en ti mismo. ¡Nunca abandones!
- Si
no estás acostumbrado a practicar ejercicio, la primera semana te
resultará duro prescindir del ascensor. Sigue yendo a pie y pronto verás
que puedes subir todas esas escaleras sin perder el aliento. Además, en
las estaciones de tren y de metro caminar tiene otras ventajas; podrás
evitar las multitudes, ya que todo el mundo usa las escaleras mecánicas.
- Pon
música con ritmo marcado para mantener un ritmo constante y la motivación
alta.
- La
salud debe ser tu bien más preciado. Si alguien te ofrece llevarte en
coche a sitios cercanos a los que puedas llegar andando, di que no
educadamente.
- ¿No
tienes tiempo para seguir una buena rutina de ejercicios? Sal a caminar
durante el descanso para el almuerzo, haz abdominales y saltos abriendo y
cerrando piernas y brazos mientras estés viendo la televisión, o paséate
de un lado a otro mientras hablas por teléfono... En otras palabras,
aprovecha cualquier oportunidad que tengas para hacer algo de ejercicio.
- Al
practicar ejercicio, intenta quemar más calorías de las que ingieras. Contar
las calorías puede ayudar al principio, pero con ejercicio regular y un
horario fijo de 5-6 comidas diarias, te mantendrás en forma fácilmente.
Las comidas regulares y moderadas mantendrán tu organismo en marcha.
- Evita
practicar ejercicio por la noche. Si practicas ejercicio antes de irte a
dormir, la velocidad de tu metabolismo aumentará, liberarás endorfinas y
te costará mucho trabajo conciliar el sueño de forma natural. Si solo
tienes tiempo para practicar ejercicio por la noche, intenta hacerlo lo
más temprano posible, dejando algo de tiempo para que el cuerpo se
recupere antes de irte a la cama.
- Considera la posibilidad de practicar otras formas de ejercicio. El ciclismo, la escalada de interior, el yoga, el tai-chi y las artes marciales, por ejemplo, pondrán a prueba tu musculatura de distintas formas, además de proporcionarte algo de diversión y de permitirte variar de actividad.
- Anota
a diario todos los beneficios que vayas notando: aumento de la energía, de
la autoestima y ese tipo de cosas. Continúa haciéndolo siempre que puedas
y sigue buscando nuevos cambios positivos.
- No
tienes por qué pagar un entrenador personal para que trabaje contigo todas
las semanas. Puedes darte de alta en algún gimnasio; al pagar una cuota de
socio, te sentirás más obligado a seguir un entrenamiento regular y no
gastarás tanto como contratando a un entrenador personal. Si en tu
gimnasio hay clases para seguir un programa de entrenamiento en grupo, tal
vez puedas combinarlas con otras actividades.
- Mantente
activo y muévete.
ADVERTENCIAS
·
Antes de empezar con la rutina de ejercicios,
habla con tu médico si estás excesivamente delgado, tienes sobrepeso, eres
obeso, o sufres de asma, ya que en tal caso podrías hacerte daño.
·
Habla con tu médico antes de empezar con
cualquier rutina de ejercicios, especialmente si has tenido problemas cardíacos
o respiratorios en el pasado.
·
Si te sientes débil, mareado, fatigado o sientes
dolor al realizar los ejercicios, descansa. Si ves que empiezas a recuperarte
rápidamente, retoma el ejercicio en cuanto te sientas mejor. Si sientes algún
dolor fuerte o que te haga llorar, si sospechas que puedes haberte roto algo o
el dolor no cesa, para y espera unas cuantas horas. Si después de descansar no
ha desaparecido el dolor, llama a un médico. Antes se solía aconsejar esperar
unos cuantos días antes de ir al médico. Sin embargo, si sientes dolor y no te
recuperas después de descansar durante un par de horas, deberás buscar ayuda
profesional. Si sientes dolor agudo, llama a alguien inmediatamente, ya que
podría ser signo de que hay una lesión seria.
Autores: Zaira, Wilfredo Rodriguez, Oscar Avila
Fuente:
http://es.wikihow.com/iniciar-tu-propia-rutina-de-ejercicios-y-mantenerla
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