Dejar llorar o no al bebé es uno de los grandes dilemas de
toda mamá, sin embargo, un reciente estudio ha encontrado la respuesta. ¡Toma
nota!
Dejar llorar al bebé es una situación en la que los padres
se debaten entre dejarse llevar por el instinto paternal y tomar en brazos a su
hijo y, por otro lado, hacerle caso al consejo de la abuela que nos dice que
cargar al bebé en cuanto llora solo hará
que se acostumbre y se convierta en un niño mimado.
Para saber cuál es la mejor solución a semejante dilema,
Rosa Jové, psicóloga infantil y autora del libro Dormir sin lágrimas, se basa
en numerosos estudios para asegurar que el empleo de métodos para adiestrar a
los niños dejándolos llorar, tiene graves secuelas, ya que el sufrimiento que
les provoca no recibir el consuelo de sus padres, irremediablemente hace mella
en su salud psicológica. El fin no debe justificar los medios en ningún caso. Y
ante todo hay que tener en cuenta que si el niño llora es por una razón. Cuando
el niño es muy pequeño, es un bebé, no tiene capacidad de manipulación. Los
bebés lloran siempre por un motivo: tienen hambre, están incómodos, les duele
algo, o quieren estar con su mamá.
Por otro lado hay corrientes que aseguran que si un niño se
habitúa a ser acunado para dormir nunca aprenderá a hacerlo solo. Si acudimos
de inmediato a su lado al oír su llanto aprenderá, dicen, a utilizar esa forma
de llamar la atención para que actuemos a su antojo.
En contra, el pediatra Carlos González, partidario de la
crianza con apego, sugiere que siguiendo el razonamiento de que el bebé que se
acostumbra a dormirse en brazos, no aprenderá a hacerlo solo, es lo mismo si
aprende a dormirse llorando y gritando, ya que se acostumbrará a hacerlo
siempre así.
¿Hay que dejar llorar
al bebé?
En conclusión, sabemos que un niño llora porque necesita
algo. Y se calmará cuando esa necesidad quede satisfecha. Lo ideal es atender
al pequeño en cuanto muestre los primeros signos de llanto, y hacerlo desde el
principio, pues una vez se ha establecido el patrón, será difícil cambiarlo.
También es verdad que no pasa nada si en determinados
momentos lo dejamos llorar, porque nos resulta imposible atenderlo. Lo que no
tiene sentido es permitirle llorar si podemos evitarlo acudiendo a su llamado.
Los científicos coinciden en que el bebé que no es consolado se estresa y que
este no tiene capacidad de gestionar ese estrés. Si la práctica de dejarlo
llorar se prolonga en el tiempo la ansiedad aumentará, su tristeza también y la
calma tardará en llegar. Y tú, ¿qué piensas sobre este tema?
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