El cerebro debe ser utilizado para que se mantenga activo y eficiente. Si se deja de usar, disminuye su rendimiento, se atrofia o se estropea.
Gimnasia mental: el objetivo de ejercitar la mente no es hacer sudokus
o sopas de letras sin mesura, sino plantearse retos que requieran adaptación y
flexibilidad. El cerebro crea nuevas conexiones neuronales con cada nuevo
aprendizaje, pero es cosa nuestra el mantener elevado ese crecimiento de
neuronas. Lo que realmente fomenta este crecimiento son los retos
intelectuales, la búsqueda de solución de distintos problemas y conjeturas,
hacerlo pensar, recordar, sintetizar, innovar…y retar al cerebro con
actividades nuevas y distintas.
Si algo te interesa: estúdialo. No te
frenes en las preguntas (p.ej., “¿cómo fabricarán esto?”), por el contrario,
busca información, respuestas, y continúa estudiando a lo largo de tu vida.
Cuida la alimentación: el cerebro
consume más del 20% del oxígeno y nutrientes que ingerimos. Intenta mantener
una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y pescados.
Estos alimentos te aportarán las vitaminas y nutrientes preferidos por el
cerebro, y le darás el combustible que necesita para funcionar bien.
El ejercicio físico
contribuye a la regeneración de las neuronas. Los ejercicios que ponen en forma
tu cuerpo, pueden también agudizar tu mente.
Ten pensamientos positivos respecto al futuro hasta que sea tu
forma natural de pensar, y primen en ti las ideas constructivas.
Gestiona el estrés y la ansiedad, tanto sin
son producidos por factores externos como por factores internos, este estado de
activación destruye neuronas. Tiene el efecto contrario al ejercicio físico.
Viaja o conoce lugares nuevos:
adaptarse a lugares y circunstancias nuevas te obliga a prestar más atención a
los estímulos del ambiente, tomar decisiones distintas y por tanto, someter al
cerebro a actividades nuevas (usar el cerebro).
No tomes ideas prestadas de los
demás: piensa por ti mismo. Cuestiona siempre las cosas, crea tu propia
opinión sobre ellas, con tu propio criterio, no los de tu vecino o los de tu
compañero de trabajo. Así, ejercitarás tu cerebro pensando, no adoptando ideas
y opiniones ajenas por holgazanería o necesidad de aceptación.
Ten amistades que estimulen tu mente, que no te den siempre la
razón: la interacción social es importante en los seres humanos porque somos
seres sociales, y si esas interacciones nos hacen pensar, mejor.
Ríe.
Intenta practicar el humor (inteligente), encontrar la ironía, la paradoja… e
impregna los eventos de un sentido del humor que te ayude a sobrellevar mejor
los aspectos negativos de la vida.
Se recomienda practicar estos
hábitos, y todos los que beneficien al cerebro y a la regeneración neuronal,
cada día, paso a paso, poco a poco. Si intentamos practicar todos de golpe en
la misma semana, desistiremos al poco tiempo, algo desilusionados. Es el hábito
saludable lo que funciona, lo que repercutirá en una mayor salud de nuestro
cerebro y nos protegerá de deterioro cognitivo, falta de memoria, falta de
concentración o de comprensión, y lo que nos facilitará buenas habilidades de
afrontamiento frente a la depresión o el estrés.
Fuente: sharpbrains.com
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