Aunque parezca imposible,
resístete a escuchar opiniones ajenas sobre lo doloroso que es tener un bebé,
pues si bien las contracciones y la expulsión son procesos intensos y
fatigantes, también son pasajeros.
Ambos pueden describirse como una
sensación similar a los cólicos menstruales aunque en un grado más agudo. La
buena noticia es que muchas mujeres ni recuerdan las molestias aunque en su
momento las hayan referido como demasiado intensas. ¿Qué vas a sentir tú? Es
imposible saberlo con exactitud pero puedes estar 100% segura de que tienes un
cuerpo diseñado para parir y que lo harás correctamente.
Detecta la razón
La maternidad amplía tu
sensibilidad y noción de los peligros del mundo y por supuesto es algo que te
altera. Es comprensible que de pronto sientas pánico; identifica tus temores
reales y trabajar en ellos.
Para lograrlo:
Infórmate. Entender qué ocurre dentro de ti y cómo es el desarrollo
de tu hijo por etapas te ayudará a tener una mejor perspectiva de la situación.
Investiga cómo son los nacimientos normales. Ve videos y escucha
sólo experiencias positivas para que además de instruirte, te visualices sin
complicaciones. Al final, repite en voz alta algún mantra tipo “Estás creciendo
completo y saludable. Todo estará bien” o “Mi cuerpo sabe cómo tener un bebé.
El parto será perfecto”
Inscríbete a un curso psicoprofiláctico. Te capacitará a nivel
físico y emocional pues además de fortalecer tu cuerpo, desmentirá los mitos en
los que tal vez estén fundados tus miedos. Invita a tu pareja, su relación se
hará más fuerte,
Prepárate pero sin estrés. Acude a los chequeos, sigue las
instrucciones de tu doctor, ve al corriente con los trámites y ¡tranquilízate!
Haces todo lo que está en tus manos.
Controla tu mente y deshazte de los pensamientos innecesarios. Toma
clases de meditación o yoga para embarazadas; aprenderás técnicas de relajación
y respiración.
Considera otras opciones como el parto en agua, sin ninguna
intervención médica. Suena extremo pero la conexión química que se logra entre
la mamá y el bebé facilita el proceso.
Recuerda que el dolor no durará
para siempre. Además, la recuperación suele ser veloz y los beneficios para
ambos son mayores. También puedes recurrir a la cesárea pero ten presente que
es una cirugía mayor y las molestias postoperatorias son incómodas.
En cualquier caso, deja a un lado las inseguridades y
concéntrate en disfrutar estos meses. ¡Lo mejor está por llegar!
Fuente: http://www.bbmundo.com/embarazo/parto/miedo-al-parto/
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