Autor: Serafín Murillo
Dietista-Nutricionista e Investigador del
CIBERDEM (Hospital Clínic de Barcelona). Asesor en Nutrición y Deporte de la
Fundación para la Diabetes de España.
La adaptación de la alimentación es uno de los tratamientos
fundamentales para las personas con diabetes tipo 2. Junto al tratamiento
farmacológico y la práctica de ejercicio físico de forma habitual, una
alimentación adaptada a la diabetes es capaz de mejorar y ayudar a normalizar
los niveles de glucosa en sangre.
A pesar de que los beneficios están claros, todavía existen
muchas dudas acerca de cómo llevar a cabo esta alimentación específica para
tratar la diabetes, pues no consiste solamente en consumir alimentos
saludables, sino que se necesita tener algunos conocimientos más. Por ejemplo
¿Es suficiente si elimino los azúcares de la alimentación? ¿Es necesario
reducir el consumo de todas las grasas? ¿Hay alimentos que se pueden consumir
de forma libre sin que se afecten los valores de glucosa en sangre?
A continuación, se comentan éstas y algunas otras cuestiones
y dudas muy habituales en personas con diabetes tipo 2 preocupadas por su
alimentación.
¿Es suficiente con
eliminar el azúcar para controlar la diabetes?
El sentido común nos indica que si la diabetes se
caracteriza por un incremento de los niveles de glucosa (azúcar) en
sangre, el problema se podría resolver reduciendo o eliminando los azúcares de
la alimentación. A pesar de que ésta es una buena medida de salud general, por
desgracia, no es suficiente para controlar la diabetes correctamente.
El mensaje es importante: los alimentos que
contienen hidratos de carbono son los que aumentarán los niveles de glucosa en
sangre.
Dentro de los hidratos de carbono encontramos 2
grupos que se deben tener en cuenta en la alimentación de las personas con
diabetes:
- Azúcares:
azúcar de mesa, algunos edulcorantes como la fructosa, frutas y zumos de
frutas, leche y yogur, dulces, bebidas azucaradas, chocolate y productos
de bollería o pastelería.
- Almidones:
presentes en los alimentos farináceos como arroz, pasta, patata,
legumbres, pan, cereales, bollería y pastelería.
Los azúcares pertenecen al grupo de los hidratos de
carbono. Por tanto, se entiende que los azúcares presentes en un dulce o un
pastel aumentarán los niveles de glucosa en sangre de forma similar
al almidón que contiene el pan, el arroz o la patata. En cualquier caso, el
primer paso a dar es controlar la cantidad de esos hidratos de
carbono ingeridos, sean azúcares o almidones.
¿La alimentación debe
ser alta o baja en hidratos de carbono?
En los últimos años las recomendaciones sobre el consumo de
alimentos ricos en hidratos de carbono se han ido modificando. Así,
en la actualidad, la Asociación
Americana de Diabetes indica que no existe una cantidad
de hidratos de carbono recomendada para el tratamiento de la diabetes
tipo 2, siendo autorizadas pautas de alimentación de alto o bajo contenido
en hidratos de carbonopara el tratamiento de la diabetes. Parece razonable
pensar que la cantidad de hidratos de carbono se debe adaptar
a cada persona según sus características personales y especialmente
sus niveles de actividad física. Así las cantidades de alimentos como pan,
arroz, pasta o legumbres se deberán aumentar en personas que realizan ejercicio
físico de forma habitual y reducir en aquellos otros más sedentarios.
Las personas que siguen tratamiento con insulina o
medicación oral que pueda dar lugar a hipoglucemias deberán prestar especial
atención, manteniendo cantidades de hidratos de carbono similares en
cada una de las comida del día. Con ello, se evitarán desequilibrios que puedan
causar hipoglucemia o hiperglucemia.
¿Los hidratos de
carbono complejos se absorben lentamente? ¿Son mejores que los simples?
Los hidratos de carbono los podemos agrupar según
el tamaño de las moléculas que los forman. De este modo, existen
los hidratos de carbono simples (o azúcares) y los hidratos de
carbono complejos (almidones). Se tiende a pensar que los hidratos de
carbono simples suben la glucemia mucho más rápidamente que los
complejos. Esto no siempre es así.
En primer lugar, lo más importante es recordar que cualquier
alimento que contiene hidratos de carbono aumentará los niveles
de glucosa en sangre. Los alimentos ricos en azúcares o harinas
refinadas (como el pan blanco, cereales, arroz blanco, pasta o patata) son los
que elevan las cifras de glucosa en sangre a mayor velocidad, pues su
digestión es muy rápida y pasan a la sangre con facilidad. Mientras, los
alimentos ricos en harinas integrales (arroz integral, cereales integrales) y
las legumbres elevan la glucemia de forma mucho más lenta.
Como siempre, existe alguna excepción. Algunos alimentos que
contienen azúcares elevan la glucemia de forma más progresiva. Este
es el caso de las frutas. El azúcar que contienen de forma mayoritaria es la
fructosa. Este azúcar debe sufrir una serie de transformaciones hasta ser
convertido en glucosa, por lo que el efecto sobre los niveles de glucosa en
sangre es más lento.
¿Debo utilizar
edulcorantes artificiales en lugar de azúcar?
Los edulcorantes artificiales son un grupo de substancias
que aportan sabor dulce a los alimentos sin aumentar el aporte en hidratos de
carbono. De este modo, al utilizar estas substancias en lugar del azúcar se
reduciría la cantidad de hidratos de carbono ingeridos y con ello, se
moderarán los niveles de glucosa en sangre.
Existe mucha polémica sobre el uso de edulcorantes en
personas con diabetes. En algunos casos se ha relacionado su consumo con
efectos secundarios no deseados para la salud. En cualquier caso, estos
estudios no son los suficientemente serios y concluyentes, por lo que en la
actualidad su uso está autorizado en nuestro país, siendo considerados
como seguros. No obstante, se recomienda el uso razonable de estos
edulcorantes, evitando el uso abusivo que podría dar lugar a dosis por encima
de las recomendadas. Algunas personas utilizan edulcorantes a base de fructosa
o similares, como algunos siropes de agave. La fructosa aunque de forma más
lenta, también aumenta las cifras de glucosa en sangre.
¿Qué pasa con las
grasas y las proteínas?
El efecto directo del consumo de alimentos ricos en grasas (aceite,
mantequilla, nata, frutos secos o partes grasas de animales) o en proteínas (carnes,
pescados, huevo, queso entre otros) es mucho menor en comparación con el
consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono. Si se consumen las porciones
recomendadas, estos alimentos apenas afectan a los niveles
de glucosa en sangre. No obstante, el consumo excesivo puede dar
lugar a desequilibrios de los niveles de glucosa en sangre, aumento
de peso y alteraciones de algunos parámetros metabólicos, que empeorarían el
estado de salud general de la persona con diabetes.
Además, es importante seleccionar correctamente el tipo de
alimento a consumir, evitando alimentos proteicos procesados o grasas de poca
calidad, especialmente las que se encuentran en muchos productos de bollería y
pastelería industrial.
¿Debo comprar
alimentos especiales para diabéticos?
La alimentación de las personas con diabetes no precisa el
consumo de productos especiales, pues se pueden confeccionar menús equilibrados
y adaptados utilizando los productos habituales, solamente teniendo en cuenta
las cantidades de alimentos consumidas. A pesar de ello, en el mercado existen
productos interesantes, que reducen el contenido o tipo de hidratos de
carbono respecto a los habituales. De este modo, se pueden encontrar
chocolates, galletas, turrones, flanes o panes que debido a esta reducción
tendrían un menor efecto sobre los niveles de glucosa en sangre. Para
saber si estos productos son interesantes o no, es necesario revisar el
etiquetado nutricional que aportan, comparándolo con el producto original.
Además, se debe recordar que estos productos ofrecen una reducción, y no una
eliminación, del contenido de hidratos de carbono, por lo que no se pueden
tomar de forma libre.
En este artículo se ha aportado información que responda a
muchas de las dudas que se le plantean a las personas con diabetes sobre su
correcta alimentación. En cualquier caso, la pauta de alimentación debe
ser prescrita y personalizada por el profesional de la salud, pues será la
persona que adaptará la alimentación a las características y necesidades de cada
individuo.
Fuente: http://www.fundaciondiabetes.org/general/articulo/127/la-alimentacion-en-la-diabetes-tipo-2