La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el
páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza
eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el
azúcar en la sangre (5). El efecto de la diabetes no controlada es la
hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña
gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos
sanguíneos.
En 2014, el 9% de los adultos (18 años o mayores) tenía
diabetes. En 2012 fallecieron 1,5 millones de personas como consecuencia
directa de la diabetes. Más del 80% de las muertes por diabetes se registra en
países de ingresos bajos y medios.
Diabetes de tipo 1
La diabetes de tipo 1 (también llamada insulinodependiente,
juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción
deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Se
desconoce aún la causa de la diabetes de tipo 1 y no se puede prevenir con el
conocimiento actual.
Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva
de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de
peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer de forma
súbita.
Diabetes de tipo 2
La diabetes de tipo 2 (también llamada no
insulinodependiente o de inicio en la edad adulta) se debe a una utilización
ineficaz de la insulina. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales (5)
y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física.
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de
tipo 1, pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede
diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido
complicaciones.
Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en
adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en niños.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional se caracteriza por hiperglucemia
(aumento del azúcar en la sangre) que aparece durante el embarazo y alcanza
valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los
establecidos para diagnosticar una diabetes. Las mujeres con diabetes
gestacional corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y
el parto, y de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro.
Suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más
que porque el paciente refiera síntomas.
Deterioro de la tolerancia a la glucosa y alteración de
la glicemia en ayunas
El deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración
de la glicemia en ayunas son estados de transición entre la normalidad y la
diabetes, y quienes los sufren corren mayor riesgo de progresar hacia la
diabetes de tipo 2, aunque esto no es inevitable.
¿Cuáles son las consecuencias frecuentes de la diabetes?
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos
sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
- La
diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente vascular cerebral
(AVC). Según un estudio realizado en varios países, un 50% de los
pacientes diabéticos muere de enfermedad cardiovascular (principalmente
cardiopatía y AVC).(6)
- La
neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo
incrementan el riesgo de úlceras de los pies, infección y, en última
instancia, amputación.
- La
retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y es la
consecuencia del daño de los pequeños vasos sanguíneos de la retina que se
va acumulando a lo largo del tiempo. El 1% de los casos mundiales de
ceguera es consecuencia de la diabetes. (7)
- La
diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia
renal.(4)
- En
los pacientes con diabetes el riesgo de muerte es al menos dos veces mayor
que en las personas sin diabetes. (8)
Cómo reducir la carga de la diabetes
Prevención
Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el
estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su
aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y sus complicaciones se
debe:
- alcanzar
y mantener un peso corporal saludable.
- mantenerse
activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad
moderada la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede
ser necesaria una actividad más intensa.
- consumir
una dieta saludable que contenga entre tres y cinco raciones diarias de
frutas y hortalizas y una cantidad reducida de azúcar y grasas saturadas.
- evitar
el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se puede establecer tempranamente con
análisis de sangre relativamente baratos.
El tratamiento de la diabetes consiste en la reducción de la
glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos
sanguíneos. Para evitar las complicaciones también es importante dejar de
fumar.
Entre las intervenciones que son factibles y económicas en
los países en desarrollo se encuentran:
- el
control moderado de la glucemia. Los pacientes con diabetes de tipo 1
necesitan insulina y los pacientes con diabetes de tipo 2 pueden tratarse
con medicamentos orales, aunque también pueden necesitar insulina;
- el
control de la tensión arterial;
- los
cuidados podológicos.
Otras intervenciones económicas son:
- las
pruebas de detección de retinopatía (causa de ceguera).
- el
control de los lípidos de la sangre (regulación de la concentración de
colesterol).
- la
detección de los signos tempranos de nefropatía relacionada con la
diabetes.
Estas medidas deben acompañarse de una dieta saludable,
actividad física regular, mantenimiento de un peso corporal normal y evitación
del consumo de tabaco.
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